Diabetes: la importancia de concientizar, prevenir y diagnosticar

La prevalencia mundial de esta enfermedad se ha duplicado en los últimos 30 años y la OMS estima que en 2030 será la séptima causa de defunción. ¿Qué debemos saber de una afección global que impacta particularmente en los países de ingresos medios y bajos?
Conocemos como diabetes a un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por niveles elevados de azúcar o hiperglucemia. Ésta puede ser consecuencia de defectos en la secreción de insulina, en su acción, o en ambas. Existen principalmente tres tipos de diabetes: diabetes tipo 1 (DM1), diabetes tipo 2 (DM2) y diabetes gestacional (DMG), que es la que se desarrolla durante el transcurso del embarazo.
La diabetes tipo 2 es la forma más frecuente de diabetes, representa alrededor del 90% del total de casos y se ve con más frecuencia en adultos mayores, pero aparece cada vez con más frecuencia en niños, adolescentes y jóvenes adultos debido al aumento de los niveles de obesidad, a la falta de actividad física y a las deficiencias de la dieta.
La hiperglucemia crónica y sostenida se asocia con daño a largo plazo en diferentes órganos, especialmente en los ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos. La diabetes contribuye de manera importante a las enfermedades cardiovasculares y es la undécima causa más frecuente de discapacidad en todo el mundo. Una diabetes no diagnosticada o mal controlada puede acabar en amputación de los miembros inferiores, ceguera y enfermedad renal. No obstante, si se logra controlar la diabetes adecuadamente, estas graves complicaciones se pueden retrasar o prevenir.
Se puede controlar la diabetes y prevenir las complicaciones con éxito, especialmente cuando se detectan en forma temprana. Aún mejor, al hacer cambios en el estilo de vida, tales como mejorar la dieta y el ejercicio físico, el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 puede disminuir notablemente. La diabetes tipo 2 comienza mucho antes de que los síntomas se presenten. Sin embargo, el diagnóstico y tratamiento oportuno y adecuado de la enfermedad reduce las graves y costosas complicaciones y la mortalidad. Puede presentarse con síntomas de variable intensidad como poliuria (orinar en demasía), polidipsia (sed excesiva), polifagia (incremento en el apetito), visión borrosa, pero generalmente (salvo en la DM1) no hay síntomas.
La diabetes, en todas sus formas, impone unos costos humanos, sociales y económicos inaceptablemente altos en todos los países, cualquiera sea su nivel de ingresos, siendo una enfermedad que está en aumento en todo el mundo. Los indicadores hablan por sí solos: según la Organización Mundial de la Salud, se estima que la diabetes fue la causa directa de 1,6 millones de muertes en el año 2015. En la actualidad, casi 500 millones de personas viven con diabetes y los países de ingresos bajos y medios soportan casi el 80% de la carga de diabetes. La rápida urbanización, las dietas poco saludables y los estilos de vida cada vez más sedentarios han dado lugar a unos índices de obesidad y diabetes inauditos. En nuestro país, se calcula que la diabetes afecta a más de 3.000.000 de personas.
La diabetes no es sólo una crisis sanitaria, es una catástrofe social mundial. Debido a su naturaleza crónica, causa un sufrimiento personal devastador y conduce a las familias a la pobreza. Gobiernos de todo el mundo están teniendo problemas para hacer frente a los costos de la atención diabética, carga económica que seguirá en aumento debido al creciente número de personas que desarrollan diabetes. Cuando acabe este año, se habrán producido 4 millones de muertes en el mundo como resultado de la diabetes y sus complicaciones.
Debemos aumentar la concientización sobre la importancia de llevar una dieta saludable y realizar actividad física, especialmente entre niños y adolescentes, e incorporar ambientes saludables en la planificación urbana. Los profesionales sanitarios de la atención primaria deben recibir la formación adecuada y apropiada sobre prevención y cuidado de la diabetes y contar con las herramientas de detección y los medicamentos necesarios.
La piedra angular del tratamiento de la diabetes tipo 2 es una vida saludable, lo cual incluye la adopción de una dieta sana, el aumento de la actividad física, un plan para dejar de fumar y mantener un peso corporal saludable. Si los intentos de cambiar el estilo de vida no son adecuados para controlar los niveles de glucemia, normalmente se iniciará medicación oral.
Estudios y análisis actualizados revelan claramente que necesitamos una respuesta enérgica y más dinámica. Encontrar soluciones eficaces contra la diabetes no surge de la nada. Es el resultado de un consenso colectivo, del compromiso y la inversión pública en intervenciones asequibles, rentables y que se basen en la mejor evidencia disponible.

Fuentes:
– Atlas de la Federación Internacional de la Diabetes (FID) 8ª edición 2017
– Actualización breve en diabetes para médicos de atención primaria. Rev Esp Sanid Penit 2017; 19: 57-65
– Oral Pharmacologic Treatment of Type 2 Diabetes Mellitus: A Clinical Practice Guideline Update From the American College of Physicians. Ann Intern Med 2017. doi:10.7326/M16-1860
– Standards of Medical Care in Diabetes 2018. Diabetes Care 2018;41(Suppl. 1):S1–S2 | https://doi.org/10.2337/dc18-SINT01